30 noviembre, 2013

4 Patéticos uniformados



Foto: AFKA
Al estilo de un comando G.I. Joe la Policía Nacional presentó a un nuevo cuerpo de élite, destinado a combatir el secuestro y otros crímenes relacionados. Fue muy cinematográfico ver su caravana de efectivos con el rostro pintado y más armados que Rambo en modo “cabreado”, efectuando una vuelta de popularidad por las calles de Santa Cruz, en sus camionetas que recordaban a las comparsas carnavaleras y sus carrozas multicolores. Ya siendo formales, esa caravana era para socializar (el verbo más usado por los nuevos revolucionarios, por cierto) el invento policial ante la población, preocupada por la inseguridad reinante en la capital oriental, cuya ola de secuestros y asesinatos por encargo, amén de robos frecuentes a punta de pistola la han convertido en la urbe más violenta, no vaya a ser que paulatinamente se convierta en la Caracas local. Para empezar, ya tiene un clima parecido, con bochornos y mangos en las aceras.

Así pues, fue una verdadera sorpresa reconocer al comandante general -que generalmente comanda desde La Paz-,  luciendo las mismas pilchas de combate que sus subordinados, que de no ser por sus declaraciones ante las cámaras hubiera pasado desapercibido. Simpático es el jefe con su carácter bonachón y de hablar pausado, todo lo contrario de la imagen acostumbrada de los gerifaltes prepotentes. Simpática fue hace meses su acción de rezar ante el supuesto cadáver de un teniente asesino, momificado e irreconocible; sin embargo, él estaba muy seguro de que era su subalterno. Pero mucho más simpáticas fueron sus declaraciones de ayer, invitando a las mafias extranjeras que operan en el país a irse inmediatamente porque había llegado la hora de poner orden. Ay, si el comandante supiera lo que los narcos perpetran en las calles de Ciudad Juárez y otras. Es vox populi que en Santa Cruz ya opera una facción de un cartel mexicano, así como mercenarios colombianos y brasileños. Con lo asustados que habrán quedado ante el reluciente cuerpo policial, nuevo de paquete y totalmente inexperto en estas lides. 

Para darle más chicha al asunto o dotarle de cierta atmósfera de poderío y misterio, bautizaron el escuadrón como Jakaranthu, que en aymara significa “escorpión”, siguiendo la estela del famosísimo Plan Chachapuma (“hombre-puma”) notable por haber desterrado temporalmente a los forajidos de las calles, pero sobre todo, por haber multado a diestra y siniestra a conductores velocistas y borrachines. Ahora el Chachapuma ya suena achacoso, visto que ya no sorprende tanto. Pero brillantemente se han llevado el circo a otras ciudades, con resultados atractivos hasta que pase la novedad. Los ciudadanos desearíamos mayor vigilancia todos los días y no golpes esporádicos de celo policial a toda mecha. Con el nuevo plan antisecuestros, la cosa se pinta venenosa. El alacrán, mamá, ¡ay! me va a picar…

Entretanto, viene bien seguir mostrando mucha valentía con gente común y desarmada, como el reciente caso de un joven a quien por tocar bocina en exceso ante un atasco vehicular, cuatro oficiales le rodearon, según pudimos ver en televisión. Desoyendo sus explicaciones, uno de ellos le propinó un puñetazo en la cara y otro le roció gas lacrimógeno porque el infractor se resistía a ser encerrado en la jaula de un coche patrullero. Como si fuera un vulgar delincuente. Como si fuera delito el bocinazo. De los maleantes que la suerte nos proteja. De la violencia uniformada, ¿a quién quejarnos?

A propósito de brutalidad policiaca, no resulta difícil adivinar que la misma proviene de su formación profesional. A romper huesos les enseñan en la Anapol, curiosa universidad del orden donde el jaripe o chocolatazo son los métodos habituales de castigo. Los oficiales “catedráticos” son muy entusiastas de que el aprendizaje entra con sangre. Menudean los casos de cadetes hospitalizados y cada cierto tiempo se producen muertes en circunstancias sospechosas. La última víctima fue una cadete de apellido Poma, supuestamente fallecida por presentar problemas de asma y complicaciones respiratorias durante unos “ejercicios” de rutina a los que los alumnos son sometidos. Sin embargo, las denuncias van por otro lado, señalando a varios instructores como torturadores. Luego de la autopsia correspondiente, cuatro especialistas forenses no fueron capaces de pronunciarse con claridad al respecto. Poco importa el dolor de una familia humilde. La impunidad comanda mejor que nadie.

Foto: APG
En el ejército sucede lo mismo. Cuántas veces habremos oído de cadetes “caídos” en el curso de su formación. Curiosamente, nunca un oficial se resbala o se dispara por accidente. Jamás un jefe arriesga la vida por sus conscriptos. Fue especialmente penoso, hace dos semanas atrás, que dos jóvenes reclutas hayan perdido la vida por internarse en una riada para intentar rescatar un ser especial. Había que ser muy temerario o temeroso de desacatar una orden para arriesgarse de tal manera, nunca se sabrá. El ser especial era el coche lujoso de un jefe militar, que el turbión arrastró de un estacionamiento. Luego, el comandante del Liceo Militar, resaltó la valentía de las víctimas diciendo que eran unos héroes. Tal parece que el rescate de un vehículo sin ocupantes vale más que cualquier vida. Olvidémonos de sanciones al respecto. Con reconocimientos póstumos se pagan las heroicidades y, de paso, se tapa la irresponsabilidad de jefes y autoridades.





26 noviembre, 2013

4 El agua para chicas y otros rollos publicitarios



Dicen que las mujeres tienen personalidad, no cualquiera, sino una “personalidad claramente definida” de acuerdo a los nuevos y sustanciales avances en psicología, sociología y otros gabinetes del alma. Los hombres si tenemos personalidad no somos conscientes de ello, nos pueden meter en el mismo saco como a vulgares patatas. A las mujeres, que las consideren iguales les puede dar un patatús.  Ay de aquella fémina que le copie el vestido a la vecina.

En el mundo de los negocios solo las empresas inteligentes sobreviven, me decía mi docente de inteligencia emocional y ramas anexas. Aquellas que van un paso por delante de las demás más que caer simpáticas a la sociedad -con el rollo de las relaciones públicas y eso-, deben ser ante todo empáticas, pensar incluso en el estrés o el dolor de cabeza de cada cliente. En la antigüedad, si un cliente demandaba un producto para el hambre o la sed, con un poco de vino y pan se cerraba la transacción. Hoy los clientes son demasiado exigentes, demasiado quisquillosos, demasiado diferenciados y hasta demasiado coloridos. Ahora resulta que hasta para saciar las necesidades básicas hay que tener estilo.

Está bien que cada quien quiera tener su desodorante particular, aunque apestemos, para ser singularmente apestosos. Apestar a perfume, aunque sea agradable en pequeñas dosis, es igualmente desagradable. Un día tuve una experiencia mareante al sentarme a la mesa entre dos lindas chicas cuyos perfumes me arruinaron la velada, no por malos sino por muy cercanos y abundantes.  Así, con la vida en un torbellino,  tenemos productos y servicios que buscan supuestamente satisfacer nuestra individualidad: ropa, accesorios, peinado, mascota, coche, distracciones, y demás ofertas al gusto de cada quien. Pero esta segmentación ha llegado a límites insospechados. Ahora descubrimos que los hombres no duermen igual que las mujeres (habrá algún visionario fabricante que ofrezca anteojeras para cada sexo). Ni las mujeres tienen la misma sed que los hombres, aparentemente. 

El agua, el elemento vital para la vida, ya no es más aquello. Hoy es más vital para el modo de vida: se cree que comprarla de una determinada marca hace la diferencia, elevando automáticamente la autoestima del comprador. De ahí que todos los días, expertos diseñadores se rompan el coco en crear botellas actualizadas, modernas y que transmitan una imagen de lozanía, juventud y pletórica armonía. Que transmitan movimiento y pureza como el mismo elemento. Al estilo y exigencia de un envase de perfume exclusivo, por poco. De ahí que a algunas embotelladoras de nuestro medio se les ocurrió dar un mazazo en el estanque, sacando al mercado un producto sin precedentes, “de acuerdo con las nuevas tendencias mundiales de las aguas” (sic). Beber de una manera u otra es cuestión de moda según los expertos acuáticos, poceros y otros aguateros.  

He ahí una botellita rosa para mujeres modernas, jóvenes, seguras de su feminidad y que aspiran estar a la moda. El agua también transmite glamour, parecen decir. Beber de la botella azulada de siempre ya es anticuado o sólo para hombres, desde ya anticuados de nacimiento. Aunque con esto de la metrosexualidad, quién sabe. El día que me topé con una de estas coquetas creaciones pensé que se trataba de un producto especial, con un PH distinto o algo así, que tuviera la propiedad de ayudar a sobrellevar esos días difíciles, exclusivos del bando femenino (no quiero parecer sexista pero la profusión de artículos con características especiales hoy es más común que el resfriado. Siempre me he preguntado para qué sirve el yogur con bifidus, por ejemplo). Pero no, se trataba de la vulgar sustancia en su estado natural, casi como recogida del grifo, sofisticada, eso sí, por medio de procesos de ozonización, esterilización y demás purificaciones de manual. 

Por lo pronto no he visto a mis amigas o conocidas con el agua rosa en el bolso, ni mucho menos a chicas que frecuentan el gimnasio. Como si no fuera suficiente que, desde que nacen, a las niñas se les pinta la vida en rosa, desde el vestidito de sus muñecas hasta el vestido de sus quinceaños. Y ahora esto, agua rosada para vender el cuento de una experiencia con sabor a agua de rosas. Las mujeres tienen demasiada personalidad como para dejarse caer en la trampa de obedecer a clichés. El agua será exclusiva o  no será, parece el eslogan extraído de la mente de un mercadólogo surrealista. ¿Qué será mañana,… alimentos para gatos y para gatas?

21 noviembre, 2013

7 Doble aguinaldo, el gran regalo del Tata Evo


Le meto nomás aunque chillen los empresarios,  parece decir...

Este miércoles, desperté con la feliz noticia de que por fin había llovido durante la madrugada en este valle azotado por la ola inmisericorde de calor, impropio para la temporada, ya que aún no ha llegado el verano. Gran milagro, por un momento pensé en abuenarme con Dios y persignarme en el micro cada vez  que divisara un templo en el trayecto, acto reflejo de muchos paisanos que, se dice, tiene un gran efecto en la circulación de la sangre. No en vano se colaba por mi ventana una sensación algo fría pero placentera. La abrí plenamente y recibí una buena hostia de aire fresco con ligeros tonos terrosos como dicen los enólogos. El olor de los tejados limpios, para más señas. Ah, qué manera de empezar el día, me quise convencer mientras me embutía en los pantalones.

Cosas de la vida o de la buena fortuna, al poco rato nos cayó otro regalo del cielo. Carajo, qué feliz coincidencia. A media mañana desde palacio de gobierno, el excelentísimo señor de las alturas (por los 3.600 m. de La Paz), príncipe de la madre tierra, y presidente ad eternum de los cocaleros, Su Excelencia, Evo el Austero, anunció en solemne conferencia de prensa otro hecho trascendental para su histórica administración que ha cautivado a todos los confines del planeta, según aseguran sus embajadores plurinacionales y demás plumíferos a sueldo.

En el marco de llevar adelante políticas revolucionarias con la misión de dar lecciones a otros gobiernos que, según dicen, toman nota de nuestros avanzados conocimientos como aquello  de combinar el fútbol con labores de estado, la no menos sorprendente elección en urnas de magistrados ya elegidos a dedo, nacionalizar empresas sin nacionalizarlas realmente, o el cómo apalear indígenas y seguir pareciendo un gobierno de indígenas y otros casos de magia innovadora que S. E., gracias a los consejos de su staff de chamanes ha sabido implantar con creciente éxito, una vez más se sacó un as de la chistera. Por primera vez estamos de acuerdo en que su acción milagrosa de hoy es más histórica que la llegada del hombre a la luna. Redoble de tambores: nunca habíamos oído hablar de que en gobiernos normales y democráticos se concediese un ¡doble aguinaldo! Papa Noel debe de estar muriéndose de rabia porque le nació competencia. Todavía seguimos frotándonos los ojos y las orejas. Una internauta todavía en shock tituló su comentario: ¿he escuchado doble o estoy borracha? 

Así las cosas, aún seguimos ensordecidos por la ovación cerrada y emocionada que los jefes de los movimientos sociales arreados a palacio brindaron a S.E. apenas éste pronunció las dos palabras mágicas. El decreto supremo bautizado como “Esfuerzo por Bolivia” está destinado a premiar la entrega y sacrificio de todos los trabajadores y trabajadoras, para que quede claro. Según argumentan los lúcidos y visionarios creadores de la medida, la platita fresca sólo se la distribuirá con la condición de que el país tenga un crecimiento económico superior al 4,5 % en cada gestión y que -oh casualidad- a solo diez meses de las elecciones presidenciales al gobierno se le ocurrió estrenar en estas navidades. Qué avaros los peruanos que hace años vienen superando el 6% y, sobre todo, los chinos que han tenido una década bordeando el 10% de crecimiento y ni una galletita de la buena suerte han distribuido a sus sufridos obreros. Quién como nuestro abnegado líder que ha sabido dar “un beneficio como todos los beneficios que el presidente ha dado a la población", a decir de un senador oficialista.

Lo que no supieron explicar los grandes inventores de este singular pago es cómo se las arreglarán los empresarios para que el dinero les caiga del cielo, o mejor, les brote de la tierra como al gobierno (rentas petroleras y mineras) para incluir de sopetón en su ajustado presupuesto, considerando que la gran mayoría de  empresas apenas puede hacer frente al aguinaldo convencional y otras obligaciones contractuales como el bono de producción que todo el sector productivo está obligado a cubrir. Un segundo aguinaldo es la guillotina definitiva para muchos inversionistas que ya adelantaron posibles despidos o el cierre de sus empresas. Como verán, así se alienta al escaso tejido industrial de este pedigüeño país de comerciantes. Le meto nomás el decretazo obligatorio por más que sea antieconómico, sonrió muy satisfecho el caudillo como ya sabiéndose de nuevo presidente. No faltaron los carteles con el más que previsible “gracias Evo”. Qué sano ejemplo de país, de bono en bono, de regalito en regalito, o dicho de otro modo, el ejemplo paradigmático de cómo “redistribuir la riqueza al pueblo”. Qué ricos que somos, tenemos plata ociosa como para regalarla a manos llenas. Casi 300 millones de dólares de golpe que, según aseguran, dinamizará la economía como nunca antes se ha visto, pues cada familia podrá comprar más regalos navideños y más comerciantes sonreirán felices como las perdices. ¿Y la consecuente inflación será otro invento neoliberal, otro cuento de la guerra económica?¿queremos ser otra Venezuela?

Ay, cómo de esforzados serán nuestros gobernantes que no se detuvieron a pensar en que los únicos privilegiados son ellos, empezando por el ministro de Economía y demás burócratas que han engrosado las filas de las empresas estatales (la inmensa mayoría deficitarias), alcaldías, gobernaciones y demás reparticiones del estado donde se trabaja de sol a sol por el Proceso de Cambio, concurriendo a cumbres y otros agasajos en horas de trabajo, amén de declarar horarios continuos cuando les viene en gana. Si eso es sacrificio y entrega, ya no más me inscribo al partido y agito mi bandera azul. Del resto de la población que el verdadero Santa Claus se encargue de su aguinaldo, ya que de acuerdo a datos oficiales, el 70 % de la economía nacional es informal-incluyendo este zaparrastroso bloguero- y no sabe de seguridad social, bonos y demás beneficios de los que gozan los asalariados. En otros países siempre escasea el dinero para la inversión pública, pero aquí ocupa demasiado espacio en la tesorería del estado y como no saben qué hacer con él, hay que obsequiarlo regándolo desde la azotea de un edificio. Platita para todos dicen, pero no todos podremos siquiera olerla ni de lejos. ¿Y si alguna empresa no paga a tiempo, se la conminará a pagar por cuadruplicado como manda la ley ? Más migajas de panetón veremos en la mesa en Nochebuena que centavos de este regalo impagable que Evo el Austero nos había tenido reservado. A descorchar el champán por anticipado. ¡Salud por Evo el Magnánimo!


16 noviembre, 2013

6 Una visita insulsa


Y el poncho del mes es para... (APG)

Pero a qué vino este triste y anodino personaje, más soso que una transmisión de golf, más aburrido que un texto marxista, más fofo que un tomate podrido. A reírse de nosotros, en nuestra casa, con sus insulsas declaraciones. Hasta su cansino lenguaje apretado, dientes para adentro, hace juego con su mortecino semblante. Calva y nariz de usurero, cuerpo adiposo de banquero, sin embargo, no le brillan los ojos como a ellos. Más apagado que una lámpara de luz blanca en un socavón. Hasta su silencio es insulso.

Burócrata de vocación. Ni un mosqueo, ni un entusiasmo, cero iniciativa, como todos los de su pelaje. El candidato perfecto para una insulsa organización. Gozará de un suculento salario y otros privilegios como alto funcionario pero sigue siendo un gris empleado figurón. A nadie engaña con su supuesto espíritu imparcial. Que Evo Morales y sus amigotes se hartaron de rajar contra la OEA, chillando por su desaparición o refundación y él no dijo nada. Que no respondía a los intereses de los pueblos latinoamericanos sino que era un tentáculo más del imperio, seguían arremetiendo los nuevos descubridores de la pólvora y él jamás salía en defensa de su organización, refrendando su insulsa e inocua posición. Hasta un títere tiene más vida.

Ahora, extrañamente viene a visitar al caudillo en su palacio como si fueran amigos de toda la vida. Que vino personalmente a enterarse de los numerosos avances en materia de derechos humanos, leyes de protección a la mujer (en el país con mayor número de autoridades machistas), fortalecimiento de la democracia y otros sustanciales progresos, tal como anunciaron los portavoces del gobierno, suena a discurso trasnochado y más repetitivo que el padrenuestro para justificar sus insulsos viajes. Lo mismo se dirá cuando pisa otros países para justificar el turismo político. ¿Acaso hay alguna diferencia en que haga llegar sus observaciones y recomendaciones desde Washington o traerlas él mismo, si al final no sirven de nada?

Si la insulsa cabeza de la OEA tuviera algo de decencia o sentido común, no hubiera venido a legitimar el gran engaño que Morales cometió, atropellando la Constitución para su fines prorroguistas. Que yo le meto nomás porque tengo a la justicia comiendo de mi mano y tú tienes que apoyarnos porque gracias a nuestros votos estas ahí. Finalmente te haces al loco y no pasa nada. Y eso pasó, José Miguel Insulza, una vez más, vino a figurar para la foto y con sus declaraciones apoyó el fallo ilegal del Tribunal Constitucional aduciendo que no es de su incumbencia (¿para qué sirve la dichosa Carta Democrática Interamericana, entonces?). Y pensar que en 2008, su representante junto a los de otros organismos internacionales (ONU, Unión Europea, Parlamento Andino, etc.) dieron su visto bueno al acuerdo entre legisladores oficialistas y opositores que establecía la prohibición de un tercer mandato consecutivo de Morales, “por el bien del país”, tal como dijo el caudillo en una concentración pública meses después ante miles de personas.  De pronto, la amnesia se ha apoderado de todos estos entes, guardando un silencio cómplice ante tal arremetida arbitraria y antidemocrática, o “estrategia envolvente para engañar a la oposición” como en filas oficialistas llaman impúdicamente. Entonces, ¿para qué carajos mandan a tantos burócratas como observadores y garantes de convenios que luego no se han de cumplir? Hilarante es que ahora, el gobierno, de pronto vuelva a confiar en la OEA y le pida a Insulza que mande observadores para las elecciones de 2014.  

Y aún más, cuando la prensa le abordó sobre el tema de la coca y sus implicancias, éste volvió a ratificar que es un tema de tratamiento interno como si no se enterara de que el narcotráfico tiene al país desbordado y con su imagen internacional por los suelos. Según esa lógica, hubiera sido oportuno preguntarle si le parecía que la ablación del clítoris en ciertos países de África o la prohibición de conducir a mujeres o la lapidación de éstas en algunas naciones musulmanas eran también “cuestiones internas”. Mejor se hubiera quedado en Washington que venir a vernos la cara de opas. Que a nadie engaña su pantomima. Pues está claro que su misión era venir a quedar bien con Evo, buscando renovar alianzas. Lo demás, pura farsa. Vuelva pronto a su insulsa oficina, señor Insulza.

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