30 marzo, 2012

4 Prohibir, qué fácil es prohibir


Imagen: David Diez Canseco
No hay mucho que decir. La normalidad,  curiosamente es cosa normal estos días. Lo estrambótico, lo chirriante, lo supraterrenal, últimamente han perdido sonoridad. Todo parece acontecer según las leyes físicas del universo. Como no hay nadie que agite el avispero, hasta me he fijado  en esa hermosa conjunción planetaria de Venus y Júpiter,  junto a la luna, que nos obsequia el cielo austral. Me conmueve la incomprensibilidad del cosmos mientras pienso en lo fatuo de nuestra vanidad, acumulándose en el farol de cola de la galaxia. Tal es nuestro sol, una enana amarilla, mil veces más insignificante que una estrella roja como Betelgeuse. Algún día,  el sol consumirá todo su hidrógeno, y camino de una transformación a una gigante roja traerá el infierno hasta nuestro patio, me consuela de solo pensarlo.
Perdonen la antipoesía, o lo que sea esta pataleta. Miento cuando digo que no pasa nada. ¿Será que los políticos alzan alguna vez la mirada al cielo nocturno?...absortos como están en búsqueda de las leyes más perfectas para darle sentido a su honorable oficio de levantamanos o calientasientos -como gusten-, una vez más quieren dar la nota, aunque falsa, musicalmente hablando. Ay de los artistas dionisíacos, parece que la “barra libre” de la inspiración se acabará pronto. Al menos eso se discute:  Sí, estos días va en camino de aprobación una ley para el expendio y consumo de bebidas alcohólicas, con la premisa de luchar contra la inseguridad ciudadana que en los últimos meses azota al país, como si todo fuera culpa del alcohol.
En el gremio de artistas del bombo y la guitarra han saltado las alarmas,  porque aparentemente se quiere penalizar las canciones que contengan mensajes o hagan apología del alcohol. Asunto por demás espinoso, cuando nuestro folclore continuamente ensalza al hombre mujeriego, bebedor y vividor:  “me gusta la chicha y el chicharrón/ soy de Cochabamba,  sí señor” dice una de las coplas más populares y que fue utilizada hace tiempo como jingle de un partido político. La vena alcohólica es parte de nuestras manifestaciones socioculturales, está profundamente arraigada en nuestras raíces indomestizas. Los bolivianos no abandonamos la timidez innata ni soltamos el espíritu sin el auxilio de la bebida. El alcohol es el gran catalizador de nuestra poca autoestima. Pretender frenar el consumo excesivo a punta de leyes y decretos es batalla perdida de antemano.
La vida no se reduce a reglamentarla o encorsetarla. Todo parte de la educación, de los valores que se imparten desde casa y  las aulas, aunque suene a cliché. Cómo esperan las autoridades,  acabar con la lacra del alcoholismo, si en la sociedad está la raíz del problema. Es lacerante escuchar todos los fines de semana,  noticias de accidentes de tráfico, de jóvenes intoxicados y hombres maltratadores, todos provocados por la borrachera. La pobreza, la ignorancia, la superstición, el machismo, son los grandes enemigos a combatir. Cada vez, la gente se inicia más joven al consumo del alcohol y otras drogas. Si un adolescente ya se ha dado una farra, entonces ya es un hombre, un verdadero “macho” para los amigos. La sobriedad está mal vista, es signo de debilidad, de poca virilidad. No pocas veces los propios padres los inician: “si se ha de emborrachar que sea conmigo antes que sus amigos, para que aprenda”.
Beber “hasta las patas”,  es lamentablemente rasgo de la idiosincrasia de los bolivianos. En otros países beben todos los días, siempre dentro lo razonable, mas como ritual de mesa. Aquí sucede lo contrario, se bebe menos días al año pero siempre en exceso. A tal punto se ha banalizado el asunto que no solamente tenemos el “viernes de soltero”, sino también el “jueves de comadres”, en esa lucha feminista por igualar todo, hasta los peores vicios de los varones.  Por increíble que parezca, la juerga se extiende hasta el “San Lunes”, con muchos locales masivos que escandalizan a los vecinos. Todo es motivo de farra; que si gana o pierde la selección de fútbol da lo mismo. Que si el hijo se ha graduado. Que si acabas de obtener el divorcio. Que si la novia te ha dejado por otro, pronto encuentras almas solidarias que te ayuden, copas mediante, a sobrellevar la tristeza. Los motivos llegan hasta el grotesco acto de despedir los duelos con música y alcohol. El problema trasciende las capas sociales, con distintos matices, unos más mediáticos o escandalosos que otros. Seguro estoy que, entre esos legisladores, alguno habrá protagonizado un incidente relacionado con el alcohol, pues caen como cuentagotas los casos de funcionarios y altas autoridades, implicados en hechos de tránsito y casi siempre conduciendo vehículos oficiales que no pocas veces quedan inservibles. “Veníamos de una reunión, es culpa del chofer” dicen con todo el cinismo del mundo. Si hasta la policía elabora informes a gusto del cliente.
Como  bonus, he aquí algunos de los artículos más sonados de esta ley, que rozan la impracticabilidad o el absurdo:
-Articulo 8, inciso 2.- La publicidad de bebidas alcohólicas no debe incitar o inducir al consumo de bebidas alcohólicas sugiriendo que su consumo promueve el éxito intelectual, social, deportivo o sexual.
Cabe preguntarse, cómo se puede establecer que un spot induce o no al consumo. Si yo voy al estadio, y veo una gigantesca bandera de mi equipo con el logo de una cerveza, ¿será que me antoje un par de botellitas? Entonces tendrán que prohibir toda la publicidad, porque está llena de jóvenes apuestos, ricos y lozanos que se llevan una copa a la boca mientras intercambian miradas cómplices con mujeres hermosas, en una suerte de idilio permanente.
Artículo 19. Queda prohibido el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública; en espacios públicos de recreación, paseo y en eventos deportivos; en espectáculos públicos de concentración masiva; en establecimientos de salud y del sistema educativo, incluidos los predios universitarios, tanto públicos como privados; al interior de vehículos automotores del transporte público y privado.
Un saludo a la bandera. Ni siquiera es claro, cualquiera pudiera interpretar que queda prohibido degustar hasta una sola lata de cerveza. Los municipios ya tienen normativas reglamentando el consumo de alcohol, que son harto difíciles de hacerlas cumplir. Frecuentemente la policía junto a la intendencia,  organizan operativos para controlar parques y avenidas, en una suerte de juego interminable del gato y el ratón. Por otro lado ¿cómo piensan controlar el fenómeno durante las fiestas patronales de recorridos kilométricos, donde se reúnen miles de ciudadanos? Mientras escribo estas líneas, en algún lugar de Bolivia, se produce una entrada folclórica, y paradójicamente, engalanada con pasacalles de una cervecería.
- Artículo 23. Se prohíbe el tránsito peatonal en notorio estado de embriaguez en vía pública en compañía de menores de edad.                                                                                                                                                            
Una idea digna de un legislador trasnochado, que va abiertamente contra uno de los artículos de la CPE, que establece el derecho de libre tránsito por todo el territorio, el cual no dice si en estado de sobriedad, acompañado o embriagado. Además ¿cómo determinar el estado de ebriedad o  según qué parámetros? Y los pobres infelices que fueren pillados en la calle recogiéndose a pie, ¿serán arrestados? Y si un joven de quince años lleva del brazo a su padre beodo, ¿será detenido también?

24 marzo, 2012

9 Lo que me jode de la literatura


Hace unos días, dos o tres, da lo mismo, se conmemoró el Día Mundial de la Poesía, siguiendo esa fea costumbre o enfermedad casposa de nuestros tiempos, el de asignarle fecha especial a todo. Ya no bastan; el día de la Tierra, del árbol, del médico, del peatón y la bicicleta, de la secretaria, del estudiante, del perro, del gato, del budín, del queso. Dicho de otra manera, ¿a quién le importa? ¿por qué la literatura tiene que ceder a la sosa banalidad de unos cuantos iluminados que hablan en nombre de todos los poetas? ¿quién los autoriza a elegir un día determinado? ¿se habrá muerto un poeta ese día? Si fuera así, ¿cómo determinan qué nombre es más importante que otro? …Venga ya, a regalar un libro de poesía se ha dicho como si de tarjetas navideñas se tratara. Ojalá a alguien se le ocurra inventar el día mundial de la antipoesía o de la antimateria. No sé, creo que Einstein tenía nomás razón al sostener que el universo era finito.
Consciente de que los literatos son siempre gente muy instruida, uno espera que sepan guardar cierta ética o conducta razonable, literariamente hablando, especialmente cuando son muy reconocidos (me importa un comino sus vidas privadas). Así, por ejemplo me gusta leer las columnas de cierto escritor español, porque desmenuza con pinzas las contradicciones de la sociedad española, y con valentía además ya que no tiene reparo en señalar con nombres y apellidos a todo aquello que le parece indignante, grotesco o pueblerino. No he leído ningún libro suyo, no me llama la atención mayormente, aunque mucha gente lo hace y en distintos idiomas. Si sus novelas son tan interesantes como sus artículos, pueda que sí algún día. Pero lo que me sorprende, en un escritor de su talla, es la manía que tiene de autopromocionarse, rellenando su blog, ya sea, con críticas positivas o aduladoras de su libros, publicadas en otras webs (para eso ya están esos sitios)o las portadas gigantescas de sus obras traducidas a otras lenguas (como si a los lectores en español les afectara) o también efectúe el copy and paste de alguna entrevista que le han hecho recientemente. Tal vez exagero, pero que un literato proceda así siendo prestigioso - y considerando que vende cientos de miles de sus obras-, me parece por lo menos de mal gusto y señal de egolatría. La pretensión puede esperarse de un aspirante joven, ansioso de hacerse hueco, no de un experimentado que pinta canas.
Como bien se le da, esto de generar fanfarria y provocación cual niño pasando su barra por una verja, a un tal Tao Lin, a quien se le ocurre pegar carteles por todas partes utilizando el nombre de una estrella del pop para hacerse conocido, y  a quien el New York Times llamó ambiguamente “un imperturbable estafador literario”, a raíz de una novela que publicó con el nombre gratuito de Richard Yates, que según he leído varias reseñas, apenas nombra tangencialmente al autor de Vía Revolucionaria. Tanto ruido mediático ha generado este chaval que algunos lo consideran el “Kafka de la generación Facebook”, porque según dicen refleja la ansiedad, el vacío, la trampa existencial en la que está sumergida la juventud actual, aplicando a sus textos, cómo no, el aberrante lenguaje de los sms y de las redes sociales. No faltará alguien que seguramente correrá a comprar sus libros con la vana esperanza de encontrar los ecos del maestro checo. Habiendo tanto libro antiguo -y descatalogado- por leer, a quién se le ocurriría perder el tiempo y dinero al descargarse la obra de un niñato que se las da de listo por emplear un lenguaje dizque “minimalista”.
Cuando todavía era muy joven, leía con fruición cuanto libro de aventuras cayera en mis manos.  Ahí están por ejemplo, Las mil y una noches, culpables de mi fascinación por la cultura árabe y oriental. Pero hubo una palabra que siempre he asociado a lo enigmático, a lo fabuloso, y a la vez poético e indescriptible: Tombuctú. La historia de este reino legendario, tiene la significación lo que para otros tiene el encanto irresistible de El Dorado o la leyenda del rey Arturo. Relatos tremendos, exploradores europeos mediante, alimentaron en mí una singular fantasía, que aún permanece indeleble. Pero no hay derecho que un tal Paul Auster, usara este impoluto nombre para uno de sus libros. Desgraciadamente, atraído por el título me descargué esa novela y grande fue mi decepción cuando descubrí que era la historia de un vagabundo que le hablaba a su perro, ya ni me acuerdo por qué aludía a ese sitio encantado. Fue el único libro que le leí, y que se joda, me dije.
Así estamos, no entiendo que un compatriota que, según dicen, cada vez escribe mejor, escriba tan pancho y sin pudor en una antología nacional sobre su experiencia al ser jurado de un concurso de belleza, pura anécdota cursi nada más. Tanto se respeta a sí mismo, que no tiene empacho en poner como currículo “colabora con diversos diarios” junto al nombre de una revista del corazón. Mucha honra para un doctor en literatura. Me muero de la envidia.

19 marzo, 2012

7 A propósito del discurso contradictorio de la defensa de la coca


Foto: ABI
Hace una semana atrás, Evo Morales intervenía ante la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), en Viena, con la misión de despenalizar el masticado de la hoja de coca. Amén de su puñado de hojas, se llevó una muestra de productos elaborados a partir de las mismas: pastillas, mates, tónicos, incluso una bebida energética conocida como Coca Colla. Sin duda, toda esta parafernalia de marketing cayó muy simpática a los europeos. A continuación, fiel a su estilo, se despachó un discurso exponiendo las maravillas de tan singular planta: hoja sagrada, milenaria, nutritiva, remedio milagroso contra mil males y otros tópicos que manejan de memoria sus defensores.
Al mismo tiempo, en las ciudades principales del país, las autoridades y simpatizantes organizaron sendos mitines políticos para acullicar o coquear masivamente, y mostrar al mundo que esta práctica es patrimonio cultural boliviano. Seguramente muchos extranjeros ingenuos o despistados, al ver las imágenes, se hicieron a la idea de que nos alimentamos con hojas. Gotas insignificantes como somos en el inmenso océano del quehacer internacional, solo generamos ruido con noticias curiosas o extravagantes.
Todos los bolivianos, en mayor o menor medida, toleramos la práctica del acullico y el uso ritual de la coca. Pero sostener que es una costumbre de toda la población es una falacia. Ciertamente, nadie puede negar que no haya tomado un mate de coca para contrarrestar los efectos de la altura o como excelente remedio para males estomacales. Pero el masticado de la misma, sólo se justifica para ciertos sectores de la población, lo demás es puro esnobismo. Para hacer frente a las duras faenas, es normal que la usen los mineros, los campesinos, los taxistas y conductores de autobús que trabajan de noche, y hasta algunos universitarios que se amanecen estudiando. Naturalmente, si se ha demostrado que tiene un efecto inhibidor de la fatiga y el sueño, además de estimulante. Ahora bien, también existe cierto círculo de intelectuales que creen que por masticarla están próximos a una experiencia mística o se involucran con la cultura andina. Solo faltaría que los futbolistas se pongan también a acullicar aludiendo pretextos culturales.
Por otro lado, especialmente en la región occidental, la coca es base de espiritualidad, una seña de identidad de la vida comunitaria, y como tal es frecuente que como gesto de amistad y reciprocidad se obsequie puñados de la hoja. En los descansos de las labores agrícolas, los campesinos comparten sus penas y alegrías al ritmo del acullico. En las minas, sucede cosa parecida, como dice una tonada popular: “los mineros de Bolivia/ todos trabajan /con su coca y su cigarro/ en los oscuros socavones”. País enigmático, colmada de  rituales ésta multicultural Bolivia, pero desde el sentido común, siempre respetables.
Sin embargo, hay algo que al resto de la población nos chirría, y nos preocupa sobremanera. Es frecuente que, Morales y sus cortesanos defiendan a ultranza que la hoja es supremamente nutritiva, amparados en un estudio anacrónico y poco fiable de Harvard de 1975, donde se sostiene que es tan alimenticia como la leche o la soya. Increíble, ¿dónde se ha visto una sola planta cuyas hojas son más nutritivas que la quinua, el maíz, el amaranto y otros cultivos andinos? Me he quemado las pestañas, buscando investigaciones recientes que respalden esos supuestos beneficios y no he encontrado uno solo. Incluso alguna periodista aventuró que “la diferencia alimentaria entre un campesino africano y uno andino es la hoja de coca”, afirmación por demás absurda cuando es evidente que nuestros campesinos están tan mal alimentados, situación que se agrava por aquello que dicen algunos médicos, de que la coca,  al inhibir el hambre, induce a la desnutrición. Pero lo más terrible de este asunto, es que se ha pensado utilizarla en el desayuno escolar de nuestros niños, añadiéndola en panes y galletas (idea del canciller Choquehuanca). Iniciativa por demás peligrosa si consideramos que la coca tiene 14 alcaloides, entre ellos la cocaína, y de acuerdo a varios especialistas, la hoja convertida en harina es potencialmente nociva para la salud.
Cuando el discurso se cae por su propio peso
El mundo exterior se preguntará,  hasta le cobrará simpatía cuando ve a Morales defendiendo afanoso su hoja ancestral, pero lo que muchos no saben es que en Bolivia existen dos tipos de coca: una tradicional, reconocida por la ley y que se produce en la región de los Yungas de La Paz, y la otra no apta para el consumo humano, cultivada en la región del Chapare del trópico de Cochabamba, a partir de la década de los ochenta y que está al margen de la ley. La población boliviana sabe, desde siempre, que la coca yungueña es suficiente para satisfacer la demanda del consumo tradicional, y además es vox populi que, la coca chapareña no la mastican ni sus propios cultivadores: "Cuando vamos al Chapare llevamos la hoja de coca yungueña y los compañeros que viven en esta región nos piden que les regalemos porque es mucho mejor que la coca del Chapare, que no es apta para el acullico, porque cuando la masticas te hace daño la boca", en palabras de un dirigente cocalero.
No hace falta adivinar a dónde va el 93,5 % de la coca del Chapare, como sostienen estudios recientes de la ONUDD, a pesar de que el Gobierno se empeñe cínicamente en desmentir tales datos. Toda la bolivianidad sabe que el trópico cochabambino es la zona roja del narcotráfico y bastión político de Evo Morales, que a pesar de ser presidente, sigue fungiendo como dirigente máximo de los cocaleros de la región. El Chapare es un estado dentro del estado, los sindicatos deciden la política antinarcóticos: ante su presión, se expulsó a la DEA del país. Y ellos se comprometieron  a efectuar el control de los cultivos excedentarios, en una suerte de juego de ratones que juran que van a cuidar el queso.  He ahí la razón de que los indígenas se opongan tajantemente a la construcción de la carretera del Tipnis, porque temen con justa certeza que los colonos avasallen su territorio para seguir aumentado los cultivos de la hoja. De hecho ya se han descubierto cocales dentro el parque. Si reparan en el gráfico inferior, especialmente en las barras de color rojo, podrán tener una idea más clara, al comparar ambas zonas productoras.
Fuente: ONUDD
Únicamente los ingenuos se creerían que el Gobierno lucha efectivamente contra la coca ilegal. El narcotráfico se ha apoderado de gran parte de la economía nacional. Y lo que es más grave aún, el negocio ilícito ha penetrado las altas esferas del poder: en menos de un lustro, fueron detenidos tres alcaldes por traficar con droga, todos del partido gubernamental. Apresadas también,  las hermanas de una prominente dirigente cocalera, que no obstante de ser pilladas con centenares de kilos, al poco tiempo salieron libres y se fugaron. Recordarán que Morales fue entronizado en Tiahuanaco a la vieja usanza de los monarcas andinos, meses después,  el amauta (sabio) que lo consagró fue aprehendido con 250 kilos de cocaína. Pero la guinda del pastel fue el caso de un general de policía, nombrado zar antidrogas y además asesor del Ministerio de Gobierno que fue detenido en Panamá por exportar droga en contenedores a través de Chile y que ahora purga una condena en EEUU. Curiosamente, el ministro del sector no se dio por enterado, teniendo todo un aparato de inteligencia. Todos estos casos, no son más que muestras fehacientes de cómo la administración de Morales se ha visto desbordada por el flagelo del narcotráfico. Y ojalá se encarcelara a todos estos personajes, la ley 1008 es muy severa al respecto, pero no, la mayoría de los acusados son liberados con medidas cautelares al poco tiempo y de paso se esfuman, a pesar de ser pillados con las manos en la masa, como se  dice vulgarmente.
Si Evo Morales fuera coherente y no usara el doble discurso y se comprometiera ante la comunidad internacional a erradicar de plano toda la coca del Chapare, entonces sería otro cantar y tendría moral legítima para exigir respeto a su hoja sagrada. La realidad es otra cosa. El presidente es prisionero de sus bases cocaleras y de sus propias contradicciones. Entretanto, debe de ser motivo de orgullo que el resto del planeta nos señale como paraíso de la droga.

Más información:                                                                                                                                                                          
-Experto: "Narcos" prefieren coca del Chapare por alto contenido de alcaloides (diario Opinión)              

-EL 93,5% de coca del Chapare no pasa por el mercado legal (La Razón)


-Desmienten valor nutricional de la coca (Los Tiempos)
-Cae el amauta de Morales con 250 kilos de cocaína (El Deber)

-Ex jefe antidrogas de Bolivia es detenido en Panamá y llevado a Estados Unidos (informador.com.mx)

-General Sanabria prometió sacar 2.5 toneladas de cocaína a EEUU (El Diario)


-Caso Sanabria aniquila Inteligencia antidrogas(Los Tiempos)  

-Buscan a alcalde de Villa Rivero,  sentenciado por narco (Página Siete)
-A la cárcel un 'narco alcalde' del MAS de Calamarca  (El Día)

-Un tercer alcalde del MAS es vinculado con el narcotráfico (Página Siete)

-Narcotráfico: arranca juicio contra las hermanas Terán (Los Tiempos)


-ONU: Aprobar el acullico sería 'menoscabar' leyes (El Dia)              

14 marzo, 2012

6 Un adivino de coca como magistrado


El Yatiri (óleo de Arturo Borda)
“Desgraciadamente para los destinos de este país, los magistrados elegidos serán posesionados contra viento y marea (porque legalmente los votos nulos y blancos no valen), a pesar del manto vergonzoso de ilegitimidad.  Ellos seguramente impulsarán leyes dignas de ser imitadas en todo el universo. Entretanto, a los bolivianos, que La Fuerza nos acompañe”.
Así terminaba una entrada anterior que publiqué en octubre de 2011, con ocasión de la primera elección de autoridades judiciales. Ojalá el tono sarcástico y lamentoso con que me despedía, hubiese sido un disparate mío; con absoluta vergüenza me duele comprobar que no estaba exagerando en mi alocada premonición. Una vez más,  la realidad confirma que en Bolivia estamos retornando a una época de oscurantismo, donde priman la superstición y la más burda ignorancia, por encima de las leyes y del sentido común.
Porque a raíz de la jornada nacional del acullico (masticado de coca), que en distintas ciudades,  las autoridades de gobierno, cocaleros y simpatizantes se reunieron en plazas para demostrar al mundo que es una costumbre ancestral y que por lo tanto no es dopaje (ya habrá ocasión para referirnos al respecto), se instalaron en distintos medios de comunicación, polémicos debates acerca del tema. Nada fuera de lo común, opiniones divididas en todo caso. En una de esas demostraciones públicas, en la ciudad de Sucre y sede del poder judicial, una periodista procedió a entrevistar a un magistrado que se había sumado al rito, preguntándole por qué lo hacía. El interpelado, aparte de argumentar la constitucionalidad de la coca, comenzó a dar una explicación digna de una antología del humor surrealista, convirtiéndose en un improvisado yatiri al mostrar cómo aplica la hoja de coca para efectuar fallos judiciales. ¡Sí, sí… no es broma!
Expliquemos primero que,  un yatiri es un adivino o brujo  andino que utiliza, entre otras cosas, hojas de coca, que lanzadas al aire y que según la forma como van cayendo sobre un manto, predice el futuro. Ahora bien, el distinguido magistrado dijo con toda seriedad que, procede a fallar los casos atendidos, según cómo le dice la coca. Y citándolo, "En momentos de sueño, cuando tenemos que revisar los expedientes, acullico la coca y, en momentos complejos, yo consulto a la coca. En un caso de un amparo constitucional, por ejemplo, están las opciones A o B, y se consulta a la coca para ver si vamos a fallar en sentido positivo o negativo. ¡En la coca sale!".  Increíble, dónde se ha visto tal aberración, alrededor del mundo quiero decir, porque los bolivianos lo vivimos cotidianamente y ya nada nos sorprende. ¿Es esto, una muestra del Proceso de Cambio, que todos los días nos restriega el gobierno con su propaganda? ¿A esto le llaman la Revolución Democrática y Cultural, inspirada en el maoísmo?... Para dar más salsa al asunto, el mismo día, Evo Morales(desconocemos si se había enterado de la declaración del magistrado), en un seminario del Tribunal Supremo dijo que “Estamos exportando nuestras políticas, mi gran deseo y el desafío es cómo poder exportar la justicia boliviana" ¿De verdad, el mundo serio, adoptaría este curioso modus operandi de justicia, más cerca de un mundo de locos?
Y atención, que no estamos hablando de un simple funcionario, sino de un miembro del Tribunal Constitucional, que como todos saben, es el tribunal de última instancia, que una vez conocido su veredicto ya no hay posibilidad de apelación. Como ven, ésta es una muestra del nivel de formación de las nuevas autoridades del poder judicial que con mucha alharaca, el presidente Morales,  posesionó hace unos meses para “ejemplo del mundo”. Y no quisiera hablar de la pobre capacidad de expresión del citado magistrado, además de su imberbe inexperiencia, que lo hacen inapropiado para el cargo. Pero estamos en Bolivia, los viejos son jueces y los jóvenes son magistrados.
Por si esto no bastara, el mismo organismo hace algunas semanas, dio otra muestra de su “juicioso” proceder,  rechazando un conjunto de 380 causas arguyendo que no era su responsabilidad, porque este es el Tribunal Constitucional ¡Plurinacional!, y no el anterior, por lo tanto negándose a atender los casos rezagados, como si un simple cambio de nombre fuera un argumento suficiente. Sí señor, lo oí de la boca del presidente del Colegio de Abogados de mi ciudad.  Estas son las noticias y así se las hemos pintado, como dijo chuscamente una vez, una presentadora de un serio noticiario de televisión.
Como en este mundo apasionado y loco, existe mucha gente que a pesar de la evidencia defiende lo indefendible, y cómo no, saltaron todos los papistas del gobierno (lejos de lamentar y efectuar autocrítica) acusando a los periodistas de tergiversar las cosas, y entre otros detalles, de discriminación y racismo, porque da la casualidad que el magistrado es aymara. Sí, ante la falta de argumentos, lo más fácil es el discurso del victimismo como respuesta. Si alguien se cree que estoy exagerando, a continuación le dejo el vínculo del video para que saque sus propias conclusiones.
http://www.youtube.com/watch?v=Jea2Fs0VRdI

10 marzo, 2012

5 Ablandados por la corrección política


¿Qué está pasando con el mundo?, cada vez más blando, más hipócrita, más higiénico mentalmente hablando; cada vez más preocupado de las formas que de la esencia. Inmersos como estamos en discusiones  absurdas, perdiendo el tiempo inútilmente en rebuscar las palabras para dorar los calificativos o ablandar los adjetivos. Como si eso, fuera a cambiar de la noche a la mañana, los prejuicios que tenemos sobre determinadas cosas o sobre la gente. Pensar que a punta de decretos y prohibiciones vamos a cambiar las ideas preconcebidas es un contrasentido porque,  no hace más que alentar la rebeldía, reforzando el efecto contrario.
¿Han notado? que,  a comienzos de este siglo, ya casi nadie emplea una palabra o frase soez en una canción, porque corre el riesgo de ofender a medio mundo, y ser blanco de activistas y de guardianes de las buenas costumbres. Imagínense al grupo femenino Vulpess, de la edad dorada del pop español (años 80),  cantando de nuevo “Me gusta ser tu zorra”; los palos que le caerían por parte de grupos feministas y otros sectores, independientemente de que si la canción es musicalmente aborrecible.  Menos mal que la literatura es todavía un territorio libre, ¿o no?
Así estamos, en todas partes se rasgan el vestido pero con distintos matices. En Francia por ejemplo, actualmente se plantea dejar de usar en los documentos oficiales la palabra “mademoiselle”, porque según algunos activistas tiene una connotancia sexista.   Al contrario, a este otro lado del charco, algunas féminas se enfadan si se les da el trato de “señoras” en vez de “señoritas”, ¿le parece que tengo cara de vieja? me han dicho alguna vez. Si hasta alguna mujer mayor lleva con orgullo el título de señorita, como indicativo de su estado civil.
En Bolivia, ya nadie osa decir “indio” o “chola” a secas, en público, porque automáticamente se asume como racismo. En ese afán de descolonizaje, la prensa se cuida de dar el ejemplo: “indígena originario” y “mujer de pollera” son términos de obligatoria referencia o nos puede caer encima la Ley contra el Racismo y la Discriminación. Curiosamente, el presidente Chávez, ha llamado en numerosas ocasiones en sus peroratas televisivas,  refiriéndose a Evo Morales como “el indio”, con cierto aire paternalista además. Y nadie pega el grito al cielo. Alguna vez, viendo documentales sobre voluntarios alemanes en Bolivia he escuchado claramente “der indios”, por supuesto sin afán menospreciativo, pero si un periodista o personaje local hace lo mismo, puede acarrearse un linchamiento mediático e ir a juicio,  independientemente del contexto. Sólo un ingenuo se creería aquello de que un racista deja de ser racista por verse obligado a usar eufemismos.
Es llamativo también que en Inglaterra, ya no se pueda decir simplemente “negro” -ni en castellano-, porque según la ejemplar sociedad inglesa es ofensivo, irónico si consideramos que el imperio británico fue el más esclavista del mundo, y hasta mediados del siglo veinte,  seguía tratando a los africanos como seres inferiores. Es ilustrativo el caso de una película, donde se mostraba a niños caminando detrás de soldados negros norteamericanos destinados a las islas británicas durante la Segunda Guerra Mundial, para comprobar si tenían cola. Actualmente,  pretenden dar lecciones de moral al resto del mundo con el caso de los futbolistas Suárez/Evra, un poco más y nos etiquetan a todos los sudamericanos como racistas, como si nosotros no conviviéramos con la gente de origen africano desde mucho antes. ¿Acaso no corría sangre africana  por las venas de Obdulio Varela, el gran capitán de aquella gesta conocida como Maracanazo?
El mundo a cada paso, lo quieren convertir en una sociedad aséptica, con la mojigatería como norma, la tibieza gobernando nuestras vidas, cuidándonos de no ofender a tod@s aquell@s –vaya forma de joder el lenguaje-que confunden género con sexismo en las normas de nuestro riquísimo idioma y que ven penes en todo objeto puntiagudo. Cada vez más amordazados, sin posibilidad de decir “esto es una mierda” acerca de aquello que no nos gusta y sonreír a medio mundo para no pecar de antipáticos. Cómo estamos, que hace poco una feminista se molestó porque un programa de televisión le obsequió un ramo de flores, como si estuvieran faltando a su integridad como mujer. El día que una chica me haga lo mismo,  diré lo que Tonino Carotone dijo, en una desgarradora canción con aire popular mexicano. Nunca sonó mejor una palabra malsonante, en mi opinión. Y si no,  ¿a quién carajos le importa?
Por qué voy a creer yo en el amor
si no me entiende, no me comprenden tal como soy yo
Por qué voy a creer yo en el amor
si me traiciona y me abandona cuando mejor estoy
No sabemos muy bien entre tú y yo
y aunque parezca no tienes la culpa, la culpa es del amor
Yo no quiero sufrir pero aquí estoy
y estoy sufriendo y no me arrepiento
me cago en el amor, me cago en el amor.

06 marzo, 2012

6 Los nuevos juguetes de su majestad


Imagen: Blog Hannibal ad portas
Cual niño cansado de jugar con los mismos cacharros, una vez pasada la novedad, resulta que nuestro presidente se hartó también del Palacio de Gobierno. Ya no bastan,  el avioncito francés de 38 millones de dólares ni el satélite de 300 millones que encargó a los chinos -sabemos que países vecinos han comprado tales juguetes tecnológicos por la mitad o menos de ese precio-, para sacar del aburrimiento al primer mandatario que se siente preso en la casa de gobierno.  "Cuando llegué, el palacio (enero de 2006) parecía muy grande para mi, por supuesto no estaba acostumbrado, pero va pasando el tiempo y quedó muy pequeño" dijo compungido ante la televisión.
Si bien, el gobernante se justifica diciendo que las instalaciones actuales no dan abasto y que se gasta miles de dólares anuales en alquileres para los distintos organismos del estado, pero se olvida decir que su administración tiene más ministerios y por ende, más burócratas que los gobiernos anteriores a los que siempre tildó de derrochadores e insensibles. Resulta curioso que,  ninguno de los gobernantes precedentes se haya quejado de lo chico que era el Palacio Quemado.
Cuestiones técnicas aparte, que mas bien son un pretexto, cualquiera podría deducir que hay una imperiosa intención ególatra y política, luego de leer estas declaraciones: "El palacio que tenemos está lleno de imágenes de Europa...que representan al estado colonial y hemos pensado que se quede como museo...entonces hay que construir un nuevo palacio que sea para el Estado Plurinacional”  (LosTiempos.com).
De hecho, ya se dio el primer paso con la compra de un terreno que costó medio millón de dólares. Asimismo Morales, convocó a los arquitectos del país para que presenten propuestas para la “Casa Grande del Pueblo”, que según dicen,  reflejará el Proceso de Cambio, a través de diseños acordes a la cultura  y tradiciones originarias. Nadie sabe cuánto costará la nueva edificación, pues las autoridades se cuidan de dar los datos presupuestarios. No hace falta ser un adivino para aventurar que se pretende construir una obra elefantiásica, hay demasiados ejemplos alrededor del mundo (especialmente en las naciones más pobres) que dan testimonio de los delirios de grandeza de aquellos gobiernos que se dicen transformadores e iniciadores de nuevos mitos fundacionales.
Un dato me basta para temer lo que temo. Hace un par de meses, se anunció la construcción de un museo presidencial en el pueblo de Orinoca, que yo inocentemente creí que iba a ser financiado por simpatizantes extranjeros o gobiernos amigos de Morales, pero no, el Tesoro General de la Nación correrá con los gastos. "Los planos y estudios ya están aprobados. Tenemos el financiamiento de cinco millones de dólares. Ya no será el Museo de Evo Morales sino de la Revolución Democrática y Cultural", dijo Evo, a través del canal estatal de televisión. Un simple museo para idolatrar la figura de un presidente costará tanto dinero a todos los bolivianos. Ningún mandatario se ha construido tal cosa de sí mismo, ni en su mayor delirio de divinidad.  Si existe algún museo de un gobernante, a lo sumo se reduce a su casa particular y a veces hasta en ruinas.  Ni el mismo Che Guevara, -cuyo lema “Patria o muerte” fue instaurado como grito del estado plurinacional, hasta del mismo ejército que le combatió- no tiene nada parecido a un museo en la localidad de La Higuera, donde fue ejecutado. ¿Acaso Mandela, Rigoberta Menchú o cualquier otro personaje de luchas sociales tienen un museo? ¿esa es la mejor manera de homenajear de Morales a su pueblo natal? ¿no era más realista y útil,  invertir ese dinero para darles una mejor vida a sus paisanos, como el apoyo a proyectos ganaderos o agrícolas? ¿de qué va a servir un mamotreto de hormigón, en un pueblo pobre y perdido en la infinitud de la pampa altiplánica?
Si este fuera un país de primera línea o en vías de desarrollo, nadie se rasgaría las vestiduras, pero en esta pasmosa realidad donde cada dólar cuenta, donde existen compatriotas que viven hace meses y hasta años en tiendas de campaña por las inundaciones y deslizamientos que se llevan sus sacrificios y sueños de una vida mejor; todos estos anuncios a bombo y platillo, no hacen más que evidenciar que nuestros gobernantes no viven la realidad, a pesar de haber salido de las entrañas del pueblo humilde como orgullosamente se consideran. No tenemos ni un solo helicóptero de transporte que en casos de inundaciones es de vital importancia; ni un solo avión cisterna contra incendios forestales, que nos azotan todos los años; no tenemos suficientes escuelas, ni dinero suficiente para dignificar a nuestra Policía, que frecuentemente se niega a acudir ante una denuncia porque no tiene gasolina para sus vehículos, no tenemos esto y aquello… y nuestro presidente sueña y sueña con su nuevo palacio.

01 marzo, 2012

8 El país donde se vive de cabeza


El canciller obligado a marchar-Foto APG
A casi seis meses de la violenta represión policial a la marcha indígena del Tipnis, donde se repartió gas y garrote a diestra y siniestra, incluyendo vejámenes a mujeres y menores de edad, ustedes se preguntarán si se ha avanzado en las investigaciones para establecer responsabilidades. Nada de nada. A pesar de la supuesta indignación de Evo Morales y su promesa de castigar a los autores, nunca se reveló la identidad de quien ordenó el operativo, ni aunque el vicepresidente García Linera, dijera en ese momento -en una conferencia de prensa- que él sabía quién había sido el responsable. Y según los especialistas del Derecho, ese silencio cómplice del vicepresidente, sería suficiente motivo para ser juzgado por encubrimiento, como ocurre a menudo a otros mortales sin tanta suerte.
Si en algo han coincidido la mayoría de juristas nacionales, es que el hecho luctuoso de septiembre de 2011,  fue sin lugar a dudas un delito de lesa humanidad, para sintetizar varios atropellos a los derechos humanos, que se cometieron antes y durante la operación policial.
Si viviéramos en un país normal y apegado a las leyes, ahora mismo la investigación estaría concluyendo y con seguridad se tendría algunos detenidos. Ni lo uno ni lo otro. Simplemente sanciones disciplinarias a policías de bajo rango y renuncia obligada de algunos funcionarios del Ministerio de Gobierno, para hacer frente a la enorme indignación ciudadana. Maniobras distractivas de la comisión investigadora que fue al lugar de los hechos, seguramente a respirar aire puro del bosque. Y a otra cosa mariposa. Puro circo.
Esperen, aquí no acaba la historia. A los brillantes funcionarios del ministerio público se les ocurrió dar carpetazo a los sospechosos, volcando la torta, por así decirlo, y recientemente abrieron un proceso judicial a los dirigentes de la marcha, acusándolos de los delitos de “secuestro”  y “tentativa de homicidio” del canciller David Choquehuanca. Antes una necesaria introducción:
Un día antes de la represión, el canciller fue a dialogar personalmente con los indígenas, gesto que todo el mundo reconoció y que miró con buenos ojos, “un indígena de tierras altas habla con el  indígena de tierras bajas” se dijo. Evo Morales, en ningún momento quiso ir al encuentro de la marcha, arguyendo que tenía otras responsabilidades más importantes. La reunión del canciller con los dirigentes fue tornándose tensa por la frustrante situación de los marchistas al verse bloqueados por una barrera policial que les impedía seguir su camino, agravada por el hecho humillante de negarles el acceso al agua de un arroyo cercano.
Ante la penosa situación, algunas mujeres cansadas por los días de bloqueo, procedieron a obligar al canciller a marchar como escudo para romper el cerco policial, y tomándose de los brazos alrededor del funcionario, entre zarandeos con los policías consiguieron su propósito. No hubo golpes ni humillaciones al canciller, las imágenes de televisión son claras al respecto. El mismo canciller relató después en una entrevista televisiva, con honestidad y sin darle mayor importancia al incidente, que “fue obligado a marchar junto a las mujeres”  y que “entendía la desesperación de los indígenas”. En resumidas cuentas, él nunca dijo que fue secuestrado -pese a la insistencia del entrevistador-, y que la “figura legal de esa situación era asunto de los especialistas”. Anoche vi el reprís de esa entrevista, por demás esclarecedora al respecto.
Ahora bien, sin conocer de leyes, y sin acudir al diccionario, podemos entender que,  secuestro, es toda acción de apoderarse de una persona en contra de su voluntad, y llevarla a un escondite para posteriormente exigir un rescate, u otros fines. Pero revisando las imágenes, ¿secuestraron al canciller, delante de dos viceministros y de un montón de policías para llevárselo, ocultarlo y usarlo para chantajear? Nada de eso, al poco rato el canciller retornó a La Paz, sano y salvo. Si el trato dado a su persona podría ser tildado de delito, a los sumo se reduciría  a un caso de desacato, a mi modesto entender; nimio, considerando el atropello posterior de los policías.
La acusación de tentativa de homicidio ya es el colmo de la desfachatez, de la exhibición solemne de la idiotez, que se sustenta en el hecho pintoresco o más bien simbólico de portar flechas, como estandartes antes que armas,  como si los indígenas  -cual salvajes- amenazaran la vida del señor Choquehuanca. Eso es lo que dejaron entrever los acusadores. Por lo visto, las imágenes mienten o nosotros nos chupamos el dedo.
Y no es un hecho aislado, perdonen la insistencia pero el absurdo es pan de cada día en este país surrealista.  Hace  dos días atrás, un par de periodistas de televisión fue convocado ante la Fiscalía Antinarcóticos,  supuestamente en calidad de testigos por haber difundido recientemente un reportaje sobre el traslado de precursores químicos en canoas en la región del Chapare, en terrenos de la universidad estatal y que además este hecho ya fue denunciado hace tres años por las autoridades universitarias, tanto que se organizó una comisión de fiscales y policías que fueron al lugar, donde hallaron indicios evidentes de fabricación de cocaína. Bueno, que los fiscales hagan su trabajo, diríamos todos. Pues no, el tiempo pasó y resulta que los narcotraficantes seguían con su actividad en la zona, tal como fueron filmados recientemente. A raíz de esto un fiscal, creyéndose un agente de Expedientes X, declaró ante un canal de televisión que los periodistas esos podrían ser acusados del “delito de omisión”, por haber publicado la noticia y no haber denunciado antes el caso a las autoridades. Para evidenciar el conocimiento de las leyes de este fiscal, varios abogados le ilustraron con el Código Penal en la mano que, sólo los funcionarios públicos están obligados a denunciar si presencian un delito. Y lo paradójico del asunto es preguntarse, ¿por qué no continuaron las autoridades con su trabajo, si tenían antecedentes,  en vez de buscar responsabilidades en la prensa?  Y para colmo del asunto, uno de los periodistas involucrados denunció públicamente,  haber sido amedrentado para que revele sus fuentes de información, fuero contemplado en la Ley de Imprenta, que al ritmo que vamos, hay señales preocupantes de que se va a revisarla porque es una piedra en el zapato del gobierno actual.
Así nos va, el país de cabeza, viviendo una suerte de tiempo perdido en la corte del rey Ubú, o el estado plurinacional de Bolivia, lo mismo da.
Pasen, acomódense y vean las imágenes del supuesto secuestro del canciller Choquehuanca (de camiseta grisácea, rodeado de mujeres. Duración del video  1minuto y medio aprox.):
http://www.youtube.com/watch?v=Xqq2cylJoWI&feature=related
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
 

El Perro Rojo Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates